No sólo porque hacen que manches menos sino porque consigues unos platos más jugosos y que los sabores se integren bien. Por ello os traigo el experimento de las costillas en bolsa de horno.
Siempre había hecho el pollo así, ya fuese un pollo entero o por partes. Pero hace poco nos decidimos a probar a meter las costillas. El resultado fue mucho mejor de lo esperado y, además, de una forma muy sencilla.
Ingredientes para unas 3 personas:
- Un kilo de costillas sin adobar
- Romero
- Tomillo
- Sal
- Sazonador de pollo Mercadona*
- Bolsas para asar
- Patatas o ensalada para acompañar
*Nota: el sazonador de pollo de Mercadona es otro de los grandes inventos de la humanidad. Mezcla diversas especias como el romero, sal, pimentón, ajo... Obviamente no es necesario usar el sazonador. Si no se tiene, añadir pimentón y un par de ajos o ajo en polvo en su defecto.
Elaboración:
- Precalentar el horno a unos 180º-200º
- En una bolsa para asar, meter las costillas bien cortadas en pequeñas porciones e ir añadiendo las especias. Incluir un poquito de aceite, pero muy poco.
- Cerrar y agitar la bolsa hasta que las costillas se haya impregnado de la mezcla.
- Pinchar la bolsa con la punta de unas tijeras o cuchillo para evitar que la bolsa explote. ¡Pero no agujerear!
- Una vez esté precalentado el horno, meter en una bandeja la o las bolsas que se hayan preparado.
- Mantener durante hora y media, más o menos.
Opcional, las patatas pueden meterse dentro de la bolsa para que se puedan hacer poco a poco y cojan el sabor. O bien aliñarlas y que se hagan desde fuera.
Y... !ya está! ¡Qué aproveche!
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